Prefacio

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Al término de la edición de este libro, empezamos a vivir uno de los fenómenos sociales, culturales, políticos y científicos más trascendentes de la historia de la humanidad: la pandemia del coronavirus, COVID-19. Escribo estas líneas estando en cuarentena desde hace más de 15 días, al igual que otras miles de millones de personas a lo largo y a lo ancho del planeta. No sé cuánto tiempo más durará. Nadie lo sabe.

No es la primera vez que nos enfrentamos a un acontecimiento que altera la vida de muchísimas personas al mismo tiempo y para siempre. Ha habido guerras mundiales, crisis económicas globales, terremotos, tsunamis, llegadas a la Luna, Torres Gemelas, y otros tantos eventos que monopolizaron la atención de gran parte de la sociedad; pero nunca con un impacto tan masivo y, sobre todo, ubicuo. Y, aunque aún desconocemos las consecuencias definitivas de esta singular situación, sin dudas se escribirán muchos libros que narren los resultados y las enseñanzas de esta etapa.

Este libro plantea la imperiosa necesidad de conversar sobre los modernos descubrimientos de la ciencia, en particular de la biología del comportamiento humano, para que podamos tomar decisiones informadas. Necesitamos asimilar los descubrimientos de la genética y de la neurociencia y entender sus alcances y límites. ¿Vamos a permitir, por ejemplo, la posibilidad de diseñar humanos genéticamente? ¿Qué cosas realmente pueden o podrían hacerse con estas flamantes o inminentes tecnologías y qué cosas no? ¿En qué vamos a basar nuestras decisiones al respecto? O, en primer lugar, ¿vamos a decidir al respecto? En caso negativo, ¿somos conscientes de que no decidir es, también, una decisión? En caso afirmativo, ¿qué es o no moralmente apropiado hacer con este tipo de conocimientos? 

Para decidir de forma consciente y responsable hay que conocer y hay que poder establecer ciertos puntos de partida, ciertas bases en las que podamos ponernos de acuerdo. Por ejemplo, podemos ponernos de acuerdo en que queremos intentar construir sociedades en las que se respete el principio de igualdad: el principio de que nuestros intereses deben ser considerados por igual. Una vez establecidos estos acuerdos, surgidos de imaginar cómo serían los diferentes futuros posibles a partir de estas bases, podemos usar el conocimiento científico como herramienta en esa búsqueda. Este libro intenta aportar a esta doble conversación: por un lado, compartiendo conocimientos que creo relevantes sobre genética y neurociencia y, por otro, proponiendo acuerdos básicos para relacionarnos con estos conocimientos y poder usarlos como el vehículo que nos guíe hacia el horizonte que acordemos.

Es temprano para sacar conclusiones, pero creo que la pandemia actual ya cambió y seguirá cambiando radicalmente esta conversación, al mismo tiempo que hizo aumentar exponencialmente la conciencia sobre su necesidad. 

Cambió la conversación porque muchos conceptos que trataremos en este viaje están siendo divulgados masivamente. Algunos son conceptos de la biología molecular, como célula, gen, ADN o ARN, necesarios, por ejemplo, para entender qué es y cómo se comporta un virus. Otros son conceptos científicos más generales sobre, por ejemplo, la efectividad de una intervención, como grupos de control y de tratamiento. Y muchos son conceptos morales: ¿en base a qué vamos a desalentar o prohibir ciertos comportamientos y a promover otros? 

Confinado, impactado como tantas personas, pero a salvo, a diferencia de tantas otras, veo las calles vacías a través de mi ventana y elijo creer que, quizás, esta experiencia tan significativa sirva también para generar conciencia en relación con la necesidad de dialogar de manera abierta, honesta y desprejuiciada sobre estos asuntos.