Calcio

ELEMENTO 20

Calcio

20

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Una de cal.

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¿Qué tienen en común el Coliseo romano, las pirámides de Egipto, las canchas de fútbol, el yeso, las estalactitas de las cuevas, nuestros huesos y el latido de nuestros corazones? Que ninguno sería igual si no existiera el calcio.

Primero, lo ineludible: fue aislado, nombrado e identificado por primera vez en 1808 por el gran científico británico Humphry Davy. La palabra calcio deriva del latín calx, que significa, sorpresa para nadie, “cal” (que es el óxido de calcio). La cantidad de aplicaciones de la cal es inmensa: en construcción, para eliminar impurezas del acero; en química ambiental, para tratar agua potable, aguas residuales y desechos; en la fabricación de yeso, para hacer desde revoques, moldes para esculturas y tizas hasta férulas para inmovilizar huesos y favorecer la regeneración ósea; y en el fútbol, para delimitar los bordes de las canchas y poder saber si fue afuera, penal, tiro libre o si hay que ir al VAR. Pero no todo termina ahí, cumple funciones fundamentales para la vida: un rol estructural imprescindible en la formación del esqueleto. Sin embargo, también es esencial en los procesos de comunicación entre células al actuar como un mensajero, y además tiene un rol crucial en la contracción muscular y en el mantenimiento del ritmo cardíaco. 

Si bien el calcio está por todos lados, es muy difícil encontrarlo en estado puro. Originalmente, es un metal color plateado amarillento que se puede deformar y hacer muy finito o estirar para formar algo tipo un cable sin romperse (a eso lo llamamos “ductilidad”), pero en contacto con la atmósfera terrestre, reacciona rápidamente y forma compuestos con oxígeno y nitrógeno. La forma más abundante en la Tierra es la piedra caliza, cuyo mayor componente es el carbonato de calcio (la calcita), fundamental en la historia de la arquitectura: desde los egipcios hasta los mayas la han empleado en sus construcciones. Todavía más: hace aproximadamente 2000 años, los romanos comenzaron a emplear la piedra para la fabricación del cemento mediante una receta similar a la que se utiliza 

al día de hoy y que sostiene la inmensa mayoría de las edificaciones modernas. De la piedra caliza se obtiene la cal. Pero está faltando algo. ¿De dónde proviene la piedra caliza? Sorprendentemente, su principal fuente son los organismos marítimos como los corales: secretan caparazones hechos de calcita y otros minerales. Una vez muertos, estos caparazones quedan y, a través de diversos procesos, se forma la piedra caliza.

Igual nos sigue faltando el origen de la historia: ¿de dónde viene realmente el calcio? ¿De dónde se obtiene ese componente esencial para los huesos, para las pirámides, para el latido del corazón? Como muchos otros átomos de esta tabla, se genera en el corazón de estrellas distantes por reacciones de fusión nuclear a partir de elementos más livianos. Y luego esa estrella muere, explota, y desparrama elementos por el universo. Entre ellos, calcio.

Pienso esto mientras miro las estrellas, las paredes que me rodean, las pirámides que quiero conocer, los huesos que me sostienen, el latido de mi corazón. Todo es posible, entre otras cosas, gracias al calcio, que vino desde millones de años luz. Qué viaje, ¿no?