En algún momento nos fuimos dando cuenta de que lo mejor de hacer Gato es que nos permite iniciar conversaciones. A veces ese inicio es una nota, a veces un post en redes sociales, la subida de una foto, una pregunta en un taller, o hasta un brindis en el medio de una fiesta.
De esas charlas, de interactuar con personas, de tratar de explorar la forma en la que encaran el Universo, aprendimos muchísimo. A veces esas conversaciones son tan buenas que uno tiene ganas de exponerlas al mundo para que a otros les pueda pasar lo mismo que a uno. Este es uno de esos casos.
Diríamos que Alberto Kornblihtt no necesita presentación, cosa que es absolutamente válida para cualquier ambiente científico profesional y adyacentes. Por suerte, la búsqueda de Gato es conectar con personas y ambientes cada vez más lejanos del de la ciencia profesional. Para contextualizarlos, Alberto es un marciano. Varios de los que hoy hacemos Gato lo sufrimos como docente, y cuando decimos ‘sufrimos’ hablamos del después, de terminar de cursar con él, no escucharlo más y encontrarte poniendo temas de Celine Dion y contemplando seriamente cursar la materia de nuevo aunque te haya ido bárbaro.
Lo bueno es que el tema de laburo de Alberto lo pueden encontrar explicado por él mismo en varias charlas, y también lo pueden escuchar hablando de ciencia en un montón de entrevistas.
En una charla larga y genial que intentamos, después de un montón de edición, comprimir en estos tres videos, preferimos ir por otro lado y preguntarle cómo ve el mundo alguien que está dedicado a esta actividad desde siempre y que la ejerce de manera permanentemente creativa y apasionada. También nos interesaba saber qué piensa sobre el rol de la ciencia y del científico en la Academia, en la docencia y en la sociedad.
Siempre decimos que la ciencia es una linterna que ilumina la realidad. Esta vez, hablamos de comunicación, de educación y de política y vimos la relación entre ellas y la ciencia a través de los ojos de alguien que no por estar en el epicentro de un microclima dejó alguna vez de mirar para afuera.
Nota: es pertinente aclarar que esta conversación la tuvimos en Octubre del año pasado. Muchas cosas cambiaron en el contexto de las políticas científicas locales desde ese entonces. Es loco recordar que uno de los valores principales de la ciencia sea su capacidad de hacer predicciones, y Alberto parece tener una máquina de predecir más que interesante.
Gracias a Leandro, Cecilia y Denisse y a la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UBA por el aguante para que podamos hacer este contenido.