Escandio

ELEMENTO 21

Escandio

21

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Los raros del norte.

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Allá por la segunda mitad del siglo XIX, el ruso Dmitri Ivanovich Mendeléyev publicó lo que hoy se conoce como la tabla periódica de los elementos, pero todavía con algunos espacios vacíos. Lo brillante de esto es que Dmitri dejó esos espacios libres porque estaba seguro de que debía haber elementos que todavía no se conocían y tenían que ubicarse ahí, una posición por debajo de algún otro (un periodo por debajo). Los llamó “eka-elementos” (eka = “uno” en sánscrito).

Uno de los eka-elementos predichos por Mendeléyev en 1869, fue el eka-boro (Eb). Acá es cuando entra en la historia Lars Fredrik Nilson, un profesor de química sueco y fanático de un grupo de elementos muy difíciles de encontrar en estado puro en la corteza terrestre, llamados tierras raras. Un día como cualquier otro de 1879, Nilson estaba con su equipo de trabajo analizando el espectro de los minerales escandinavos euxenita y gadolinita, cuando descubrió en ellos algo que nadie había visto ahí antes: un nuevo elemento químico al que llamó escandio (del latín Scandia, Escandinavia). En la misma época, un colega de Nilson, Per Theodor Cleve agarró los minerales, analizó las propiedades químicas del óxido de escandio que estaba en ellos y confirmó que encajaba muy bien en el espacio del ekaboro de Mendeléyev. ¿Y por qué fue tan importante este descubrimiento? Porque la existencia del escandio era una evidencia más de que el rompecabezas que planteó el ruso como tabla periódica funcionaba.

El escandio no es muy utilizado a nivel mundial (todavía), tal vez porque su extracción es muy difícil, lo cual lo hace muy costoso. Además, no está tan presente en la Tierra como en la Luna o en el Sol (teléfono para Elon). Por eso no debería sorprendernos que, si bien se aisló por primera vez en 1937, recién en los ‘70 se le empezó a dar algunos usos.

Mendeléyev llegó a saber que su eka-boro existía en Escandinavia. Pero ¿se imaginó Nilson que 1 kg de óxido de escandio de alta pureza podría llegar a costar alrededor de 10.000 dólares? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que, cuando se descubre algo, para algunas personas lo más interesante es el dinero que pueda obtenerse a partir de ese hallazgo. Para otras, el uso. Y a otras, por suerte, lo que más les importa es llenar el rompecabezas.