La herramienta de la "arrogancia del espacio" es una manera sencilla de ilustrar la desigualdad en la distribución del espacio público. Fue planteada por el urbanista danés Mikael Colville-Andersen en 2012 y se convirtió luego en una herramienta digital abierta.
Permite visualizar cómo se reparte el espacio urbano, utilizando colores para asignar distintos usos, y expone cómo el espacio reservado para el automóvil domina en las ciudades. Esto es, también, una decisión de diseño.
Si los miembros de un hogar se compran una heladera que no entra en la vivienda, nadie aceptaría que la pongan en la calle frente a su casa. El auto es el único bien privado con esa legitimidad y, a la vez, esa arrogancia.

Transportes de alta capacidad y movilidad activa
Los sistemas de transporte de alta capacidad y la movilidad activa pueden mover a una gran cantidad de personas de manera eficiente, ocupando un espacio mucho menor en comparación con la suma de autos individuales.
La movilidad activa (la bici y la caminata) ofrece una solución ágil, sostenible y de bajo impacto para cubrir distancias cortas de “última milla” (el tramo final entre una parada de transporte público y el destino final, que muchas veces resulta inaccesible o incómodo). Mejora la conectividad, reduce la dependencia del auto y hace más equitativo el acceso a la ciudad. En complemento, el desarrollo de flotas compartidas de bicicletas, monopatines o autos eléctricos permite reducir la tenencia de automóviles particulares.
La reconfiguración del espacio urbano para priorizar el transporte de alta capacidad y la movilidad activa sobre el automóvil particular no es sólo una cuestión técnica, sino una decisión ideológica y política que busca reconstruir "lo común" en las ciudades. Este cambio de paradigma permite crear entornos más justos, seguros, accesibles, sostenibles y vibrantes, donde la vida compartida se potencia y los habitantes pueden ejercer plenamente su derecho a la ciudad.
