Gracias a la genética del comportamiento, hoy sabemos que la mayor parte de los rasgos de comportamiento humano tiene un componente genético que va del 20% al 80%. Para entender mejor qué es esto de “componente genético”, veamos primero un ejemplo hipotético concreto que no nos toque tan de cerca (espero que no haya ningún girasol leyendo).
Supongamos que queremos estudiar el componente genético del rasgo “altura” en girasoles. Tenemos un lote de semillas y las plantamos en un determinado ambiente que, para simplificar, asumimos que es exactamente el mismo para todas las semillas (en la práctica esto es imposible). Después de un tiempo, medimos la altura de estos girasoles y vemos que esta varía de 95 a 105 centímetros y que es, en promedio, de 100 centímetros (1 metro). La variación en la altura es, entonces, en este caso, de 10 centímetros. Como todas las semillas fueron plantadas en el mismo ambiente, asumimos que los girasoles tienen alturas diferentes debido a variaciones en los genes de las diferentes semillas, y podemos decir que la variación genética es de 10 centímetros. 1Estamos simplificando al no considerar las variaciones en la altura que pueden deberse a variaciones intrínsecas del desarrollo que existen incluso en semillas genéticamente iguales plantadas en ambientes exactamente iguales. También simplificamos los números, para que sean redondos, ya que los girasoles suelen ser bastante más altos de lo que se menciona en esta sección.
Ahora bien, si plantáramos ese mismo conjunto de semillas en diferentes ambientes (por ejemplo, distintas provincias con sus distintos suelos y condiciones climáticas, como La Pampa, Córdoba, Buenos Aires, etc.) y al comparar las alturas promedio de los girasoles en cada ambiente viéramos que también varían 10 centímetros (la altura promedio de los girasoles cordobeses podría ser de 95 centímetros y la de los pampeanos, de 105 centímetros, por ejemplo), entonces podemos decir que esas variaciones en la altura promedio de los girasoles en diferentes provincias se deben a las variaciones en el ambiente, ya que su genética es la misma dado que son el mismo conjunto de semillas. Ahora bien, si tomamos todos los girasoles de todos los ambientes y medimos su altura, ¿cuál será la variación total? Será de 20 centímetros, la variación genética más la ambiental. Es que en los ambientes en que la altura promedio es de 95 centímetros, sigue habiendo diferencias genéticas y hay girasoles de 90 centímetros, mientras que en los ambientes en que la altura promedio es de 105 centímetros, hay girasoles de 110 centímetros. O sea, la variación total en la altura de los girasoles va de los 90 a los 110 centímetros: es de 20 centímetros.
Y acá viene la definición que estábamos buscando. Llamamos “componente genético del rasgo” al porcentaje de la variación genética respecto de la variación total; es decir, la variación genética dividida por la variación total, expresada en porcentaje. En nuestro ejemplo es de 0,5 (50%), porque la variación genética es de 10 centímetros y la total es de 20 centímetros (10 / 20 = 0,5). Del mismo modo, el componente ambiental se define como la variación ambiental dividida por la variación total, que en este caso es también del 50%. Por construcción, dado que la variación total es la variación genética más la ambiental, el componente genético más el ambiental de cualquier rasgo suma 1 (100%). El componente genético de un rasgo se refiere, entonces, al porcentaje de la variación total observada que podemos atribuir a las diferencias genéticas entre individuos. Vale aclarar que solemos hablar de “heredabilidad” y de “componente genético” de forma indistinta. 2No todo lo genético es heredable. Puede ocurrir que mutaciones en el ADN en células adultas tengan un efecto, como el de producir cáncer en una persona, pero no sean heredadas por los hijos de la persona que sufrió esas mutaciones. Son casos en que un individuo tiene un rasgo de origen genético (el cáncer) que no es heredable. Por eso hay que tener cuidado y considerar estas posibilidades al usar componente genético y heredabilidad de un rasgo como sinónimos. Podemos decir de manera equivalente que el componente genético del rasgo “altura” es del 50%, o que la heredabilidad del rasgo es del 50%.
Habiendo traído ya este concepto, creo necesaria una aclaración. Hay algo que añade confusión cuando hablamos de las influencias relativas del ambiente y de los genes sobre un rasgo: no se acostumbra especificar el universo de ambientes que se estudiaron a la hora de cuantificar la heredabilidad de un rasgo. En nuestro ejemplo de los girasoles, ese conjunto de ambientes está dado por las provincias argentinas. Si lleváramos las mismas semillas a otros ambientes, más secos o más húmedos que los estudiados, más calurosos o más fríos, o con cualquier característica diferente a la de los ambientes en que se midió el rasgo, entonces la medida de heredabilidad cambiaría. El componente genético −la heredabilidad de un rasgo− se mide en una determinada cantidad de ambientes y en un determinado momento, no es algo fijo.
Ahora, si quisiéramos estudiar esto en humanos, no podemos agarrar y plantarlos en diferentes ambientes (bueno, ni en el mismo). ¿Cómo podemos medir en ese caso la heredabilidad de los diferentes rasgos? Antes de intentar responder esta pregunta, vale una distinción adicional.