Neón

ELEMENTO 10

Neón

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El responsable de que algunos colectivos parezcan boliches.

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En 1898, Ramsay y Travers, dos científicos británicos, estaban muy intrigados por saber de qué estaba hecho el aire. Para responder esa pregunta, tuvieron que desarmarlo en pedacitos. Primero lo enfriaron tanto que lo convirtieron en un líquido. Después separaron las distintas sustancias que lo componen evaporando de a poco cada componente (esto se llama destilación). Así se encontraron con el argón. Pero a su vez vieron que, si evaporaban muy despacio ese argón luego de congelarlo, aparecía algo que nunca habían visto. Y como sus habilidades en marketing eran inversamente proporcionales a sus conocimientos en química, no se les ocurrió mejor idea que llamarlo neón, que viene del griego “neos” que significa nuevo. Suena poco creativo, sí, pero lo cierto es que a Ramsay no le fue nada mal con sus experimentos, y en 1904 ganó el premio Nobel de Química.

El neón es uno de los hermanos de la familia de gases nobles, que constituyen el grupo 18 de la tabla periódica. ¿Qué tienen de nobles los gases? Se asocia la palabra noble con la idea de permanecer sin cambios. El término apareció primero en alemán (“Edelgas“) y hace referencia a la tendencia de las familias nobles a no mezclar su sangre con familias no-nobles para no corromper la pureza del linaje. Entonces, los gases nobles reciben ese nombre por ser poco proclives a combinarse con otros átomos, es decir, inertes, manteniendo su linaje. Y el neón no es distinto al resto de los miembros de su familia.

Este elemento es el cuarto en abundancia en el Universo; en la Tierra se encuentra principalmente en la atmósfera, de la cual conforma sólo el 0.0018%. La gran fama que tiene el neón está relacionada a su uso en los carteles luminosos. Esos típicos “carteles de neón” que cortan las ciudades, rutas y paradores de mala muerte cuando es de noche, son tubos conteniendo neón gaseoso a baja presión que se someten a una carga eléctrica con el objetivo de avisar, por ejemplo, que uno ya llegó a Las Vegas. ¿Cómo funcionan estas señales omnipresentes? El potencial eléctrico ioniza los átomos del gas, es decir, promueve que se liberen electrones, generando por un lado iones positivos y por el otro electrones libres (esto se conoce como estado de plasma). Cuando esos electrones se recombinan con los iones, el plasma libera el exceso de energía en forma de luz, en el caso del neón, de color anaranjado. Aunque jugando con distintos tipos de cristales y gases, es posible obtener el resto de las tonalidades que decoran desde hace décadas nuestras noches urbanas.

Porque si en la antigüedad aprendimos a ahuyentar la oscuridad con la luz, en la modernidad averiguamos cómo pintarla de colores.