octubre 2023
Newsletter Clima

Asunto:
Vengo del futuro ☀️☀️☀️

Hola! Espero que este mail te encuentre bien. A mí me encuentra, como muchas veces últimamente, pensando en el futuro.

Jim Dator (cientista político y futurista) dice que “el futuro no se puede predecir porque el futuro no existe”, “pero los futuros alternativos pueden y deben pronosticarse", y "los futuros preferidos pueden y deben concebirse, inventarse, implementarse, evaluarse, revisarse y reimaginarse continuamente”. Dator tiene una postura medio Eisenhower: en la preparación para la batalla,  los planes son inútiles, pero la planificación es indispensable.

Imaginar el futuro, entonces, es un ejercicio indispensable y que no puede ser postergado, es una disciplina del presente

Mucha gente, desde hace mucho tiempo, comparte esta obsesión por el futuro. Inclusive han creado campos enteros del conocimiento y, con ellos, herramientas que nos ayudan a les amateurs a pensar mejor en él. A mí una herramienta que me sirve es el cono del futuro:

Me sirve porque me ordena. Tengo, fuerte y al medio, lo probable. A medida que me alejo, lo plausible, lo posible, y más allá de la barrera del ridículo, lo inverosímil. Y en algún lado, donde sea que mi deseo esté, lo preferido. A veces pisando lo probable, a veces más lejos, y algunos días, completamente por fuera del horizonte de eventos de la total falopa imaginativa.

El problema es que yo no soy la única persona imaginando. Si lo preferido está en disputa, ¿cómo aprendo algo sobre el mundo a partir de eventos futuros imaginados por terceros? ¿Cómo aprovecho los imaginarios futuros ajenos para que me muestren algo sobre el presente que no vería yo solo?

Creo que lo primero es encontrar mi propia versión de la Oración de la Serenidad, esa que dice: Dios concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para reconocer la diferencia.  Pero como ateo estoy medio jugado con pedirle al  sujeto externo que me resuelva la ansiedad, así que reformulo: aspiro a tener el aplomo de aceptar y gestionar la parte del futuro que no puedo cambiar, la capacidad y el empuje de darle forma a la parte del futuro aún en disputa, y la claridad mental para reconocer la diferencia.

Cómo le gustan a la ciencia ficción los ministerios. 

Ministerio de la Verdad? AFUERA 

Ministerio del Tiempo? AFUERA 

Ministerio de Invierno? AFUERA 

Ministerio de la Felicidad? AFUERA 

Ministerio de la Fe? AFUERA 

Ministerio del Fuego? AFUERA

Ministerio del Futuro? De ese quiero hablar.

Acabo de terminar Ministry for the Future, de Kim Stanley Robinson. 

Está bueno, es fácil de leer, y por sobre todo es interesante porque toma riesgos: se imagina un mundo en el que atravesamos la crisis climática y salimos del otro lado. En el medio, nada fue ni fácil ni trivial.

Nos quiero traer de esta obra un puñado de ideas, de hechos del futuro que Robinson crea y usa para darle forma a como él se imagina los próximos 30 o 40 años, y quiero tratar de ubicarlos en el cono del futuro para entender cuáles se sienten inevitables, cuáles posibles, plausibles o, inclusive, cuáles hoy suenan inverosímiles pero vale la pena pensarlos igual porque capaz el futuro es más extraño de lo que hoy puedo imaginar. Y quiero hacerlo porque pensar el futuro al que esos hechos le dan forma puede afectar la forma en la que entendemos y operamos sobre el presente.

Spoiler alert: Si no lo leiste y vas a leerlo, y sentís que saber algunos datos específicos sobre la construcción de mundo de la novela te perjudicará la experiencia de lectura, es el momento de parar de leer esto y entrarle al libro. No haré spoilers de la trama.

Uno de los eventos clave de este futuro es la ocurrencia de muertes masivas por altas temperaturas de bulbo húmedo

La temperatura de bulbo húmedo es una medida de las condiciones térmicas del aire, que integra tanto la temperatura como la humedad relativa del ambiente. La formalización de la idea-meme de ‘lo que mata es la humedad’. Es un concepto importante porque  ofrece una representación completa y fidedigna de las condiciones térmicas a las que los sistemas biológicos y mecánicos se exponen.  

En el contexto del cambio climático, esta medida es especialmente pertinente, ya que un aumento en la temperatura de bulbo húmedo puede significar un verdadero problema. Cuando combinamos distintas condiciones de temperatura y humedad, el cuerpo humano ya no puede liberar eficientemente el exceso de calor mediante la evaporación del sudor, lo cual es vital para la termorregulación. Este fallo en el mecanismo de enfriamiento puede llevar rápidamente a una acumulación de calor interno, seguido por golpes de calor y, en casos extremos, la muerte.

Así, cuando un territorio excede la temperatura de bulbo húmedo crítica para la supervivencia humana (que generalmente se considera empieza cerca de los 30°C pero varía mucho con la humedad) se entra en una situación potencialmente letal para las personas y otros mamíferos. 

¿Qué ciudades están más expuestas? Doha, Dubai, Calcuta, Daka, Bangkok, Yakarta, Miami, Nueva Orleans, Lagos, Shangai, Hong Kong. Más cerca, en LATAM, tenemos Barranquilla, Cartagena, Manaos, Recife, La Habana, Asunción. En Argentina en particular estamos más al Sur y eso nos da cierto margen, pero Corrientes, Posadas, Resistencia y Formosa entran dentro de las más potencialmente en riesgo.

Nivel de verosímil personal para este hecho del futuro: inevitable. Guardemos este mail, para mí en breve vamos a vivir el primer gran garrón con muertes masivas por temperatura de bulbo húmedo incompatible con la vida.

Una de las estrategias del Ministerio del Futuro es rosquear con los bancos centrales de todo el mundo la emisión de una moneda basada en el dióxido de carbono. Por cada tonelada de CO2 que capturás (o evitás emitir, en el caso del petróleo), te dan una moneda que, además, los bancos garantizan que va a tener una tasa de interés positiva en el futuro lejano. O sea, dejamos los sistemas monetarios anclados en nada (como el de ahora) y volvemos a anclajes de algún tipo material (pero cambiamos oro por CO2).

¿Verosímil de esta medida? Para mí, bajo. Ni por asomo el suficiente. Por un lado, me cuesta pensar que tarde o temprano no tengamos que reconciliar economía y ecología, y parece razonable porque entre especialistas aparece mucho esta conversación, tanto que ya hay gente investigando cómo podría implementarse una idea así. En particular, me interesó este trabajo sobre Carbon Quantitative Easing, que consiste básicamente en aplicar las medidas que usamos para rescatar a los bancos en 2008 pero, esta vez, tratando de salvar la biósfera. Literalmente, tomar la decisión de que termodinámica domine por sobre Excel. Pero mi confianza en el verosímil baja porque no estoy seguro de que vayamos a tener la correlación de fuerzas necesaria para, efectivamente, que la termodinámica nos importe más que el Excel. Lo soñamos en algún newsletter anterior en el que hablamos de la intersección de lucha de clases y termodinámica. 

(Igual, nos podemos permitir soñar. Si vamos por todo, sueño con la moneda fundamental termodinámica: el entropito, que represente directamente energía disipada. Nada más fundamental que una moneda basada en la entropía).

Esta es medio obvia, pero clave: en el futuro de Ministry for the Future hay un Ministry, y es for the Future. El punto de partida del libro es la creación de un organismo resultante del Acuerdo de París cuya misión es, precisamente, garantizar la supervivencia planetaria y coordinar los esfuerzos.

¿Nivel de verosímil? Muy alto. Qué se yo, existe la ONU, la OMC y todo el resto. La integración institucional del mundo va, en general, hacia coordinaciones más complejas y globales. ¿La chocaremos antes? Capaz que sí, pero creo que mientras más cerca estemos de chocarla, más presión de coordinar una respuesta va a haber.

Esta es polemiquísima y hermosa. En el futuro, la desigualdad es tanta, pero tanta, que el sector más pobre entre las masas toma medidas concretas de matar a los ultra-ricos. 

Directo, chin pum.

No vas a tener cuartel. La venganza se esconde en tu cocinera, tu guardaespaldas, el pibe de limpieza. No hay isla en la que estés al margen de las repercusiones. Encima, el dinero está totalmente blockchainizado, así que los paraísos fiscales sirven solamente para tomar sol.

¿Nivel personal de verosimil? Medio. No tanto porque descarte que veamos el primer atentado con motivos 100% climáticos, sino porque me pregunto cómo el poder va a reaccionar temprano a ese riesgo, antes de que se vuelva sistémico.

Dice el feudalismo fósil que si tenemos hambre, comamos torta.

La otra cosa que me traje de estar leyendo tanto sobre el futuro es un detalle idiomático que me hizo pensar un montón: la diferencia entre forecast y foresight,. En castellano, lo más parecido que tenemos es predecir y prever.

Dator dice que el futuro, aunque no lo podamos forecast, nos sirve foresight. Ahí se me hizo corto traducirlo como ‘el futuro no lo podemos predecir, pero nos sirve preverlo’. Hay algo pasivo en la palabra castellana ‘predecir’.

Predecir tiene una cosa de ‘nombrar antes de que aquello que es inevitable, suceda’. Forecast tiene un matiz más bien de ‘proyectar’. No es solamente decirlo antes de que pase, es un poco también hacer el futuro desde el presente.

La otra palabra que sirve para pensar es ‘Retroproyectar’. La hermana teleológica de proyectar que, en lugar de saber desde dónde parte y preguntarse a dónde llega, se hace la pregunta inversa:  ¿qué tiene que hacer hoy para aterrizar mañana donde quiere? 

Creo que por esto último es que me interesa tanto imaginar el futuro, aprender herramientas que me ayuden a sistematizar mejores formas de hacerlo, tener acceso a las versiones que otras personas construyen, inclusive conectar con sus formas más extremas, las utopías y las distopías, para entender los vectores que encierran, las fuerzas fundamentales a las que estar atento hoy para no perder el camino entre hoy y mañana. Tomar agencia en el presente y prever para retroproyectar, que predecir es para Cassandra y tan bien no le fue, o si no preguntale a los troyanos.

Hoy tengo hasta acá, nos hablamos en un mes, ¿será que con el último newsletter del año?

Abrazo, Pablo

PD: Nos vemos el viernes en Córdoba. Voy a ser parte del equipo que se dé el gusto de acompañar a Eze Arrieta, que se animó a mirar el pasado de la alimentación, su relación con la civilización y a imaginar futuros posibles, deseables y compatibles con la vida en la Tierra. Se anotan acá (aunque pueden caer sin anotarse), y acá pueden leer el libro completo, libre para todes, gratis para siempre.