septiembre 2023
Newsletter Clima

Asunto:
De inodoros, deshielos y otras disrupciones.

Hola! Espero que este mail te encuentre bien. A mí me encuentra con una mezcla de claridad e incertidumbre.

Entiendo que esas dos cosas juntas pueden sonar extraño, así que me permito elaborar. Por un lado, tengo cada vez más claro que, efectivamente, estamos en un codo de la historia. Un momento de profunda transformación que abarca nuestros sistemas productivos pero también la forma en la que organizamos nuestras sociedades. Lo que valoramos y hasta lo que soñamos está, no solamente en cambio, sino en disputa.

Se me hace tremendamente claro que nuestras vidas dentro de 10 años van a ser extremadamente distintas de las actuales, pero ahí es donde aparece la incertidumbre: lo que no termino de entender es si serán distintas para bien.

Lo más interesante, probablemente, es que ambas sensaciones vienen de haber entendido una misma idea: muchas de las transformaciones clave de nuestro planeta (ya sea el derretimiento del permafrost o la implementación de inodoros), son sistemas complejos que obedecen a dinámicas no lineales.

Estos sistemas a menudo exhiben patrones que se pueden describir mediante curvas S causadas por bucles de retroalimentación (feedback loops) positiva. La curva S es una representación matemática que describe cómo un sistema evoluciona en el tiempo, empezando lentamente, acelerando y finalmente estabilizándose. Tanto se acelera, que en su despegue se comporta como una exponencial.

Por ejemplo, por el lado del permafrost, el aumento de gases de efecto invernadero genera aumento de la temperatura, que genera derretimiento de hielo y liberación de gases de efecto invernadero, que aumenta la temperatura, y así sucesivamente, una y otra vez, pero cada vez más rápido. También podemos pensar otro fenómeno parecido y muy relacionado:  el derretimiento de hielos genera un ciclo en el que el aumento del nivel del mar eleva el volumen de agua en contacto con corrientes cálidas, causando más calentamiento y expansión, lo que también derrite hielos y  eleva el nivel del mar. 

Por el lado de la implementación de inodoros con cisterna en Estados Unidos, podemos pensar (entre otros) en un ciclo en el que la adopción inicial de estos sistemas de saneamiento genera una norma social y reduce los costos unitarios gracias a las economías de escala. Esta reducción en el costo facilita una adopción más amplia, lo que a su vez fomenta mayores inversiones en infraestructura y tecnologías relacionadas, amplificando aún más la implementación de estos sistemas en nuevos segmentos de la población y áreas geográficas.

Tanto la implementación de inodoros como el derretimiento del permafrost están gobernados por las mismas dinámicas no lineales, aceleradas, para las que subyacen ciclos de retroalimentación positiva. También ambas gobiernan sobre procesos que liberan metano (?)

Ahora no puedo no ver que muchos de los sistemas esenciales e interconectados del este gran sistema biogeofísico que es la Tierra se comportan precisamente de esta manera, con un agregado: a veces, estos sistemas tienen puntos de quiebre. Es decir que,  una vez alcanzado cierto punto, se refuerzan hasta inevitablemente llegar a su estado final, cosa que en innovación tecnológica está buenísimo porque significa que eventualmente el 100% de la gente tiene inodoro con cisterna, pero en la Capa de hielo de la Antártida occidental es un problema: el impacto de un fenómeno así sería devastador para las zonas costeras del mundo, donde viven millones de personas y se concentran muchas actividades económicas, inundaciones, erosión, salinización, pérdida de hábitats y desplazamiento de poblaciones. 

Pero el inodoro no es la única tecnología que se adoptó de manera acelerada.

Hace apenas unos meses se publicaron resultados que parecen indicar que el actual ritmo de implementación de energías renovables está en camino acelerado, y hasta se encuentra apenitas por delante del trayecto necesario para alcanzar los objetivos Net Zero para 2050. Un GOLAZO.

Fuente: https://rmi.org/the-energy-transition-in-five-charts-and-not-too-many-numbers/

La International Energy Agency usa estos modelos de curvas S para analizar distintos escenarios de cómo luciría nuestra matriz energética si se dan distintas dinámicas de implementación , ya sea seguir con las actuales políticas (STEPS: Stated Policies Scenario), implementar las políticas anunciadas (APS: Announced Pledges Scenario) o cumplir con Net Zero (NZE).

¿Quiere decir esto que estamos, por lo menos en materia de energía, en buen camino? No me quiero ilusionar, pero parece que sí. Tampoco me quiero preguntar qué significa esto para Vaca Muerta, que parece ser una de las jugadas clave para conseguir las divisas necesarias para nuestra propia transición energética.

Albert Bartlett decía que "El mayor defecto de la raza humana es nuestra incapacidad para comprender la función exponencial". Obvio que yo tampoco la entiendo, o por lo menos no me es intuitiva. No me entra en el cuerpo y en la intuición, porque su comportamiento es feroz y su movimiento especial es el batacazo.

Lo vemos en la desestabilización acelerada de nuestros sistemas biogeofísicos y las consecuencias que ya estamos sufriendo y vamos a ver y sufrir cada vez más rápido y cada vez más fuerte debido a la naturaleza no lineal de ese clima, glaciar y corriente marina desestabilizados, y los con comportamientos abruptos simil exponencial que les ocurren cuando empieza a desatarse la aceleración. Se va todo al chori? Se va todo al chori.

Ese mismo movimiento acelerado lo tienen muchas de las soluciones que necesitamos implementar y escalar durante los próximos 10 años si queremos bajar el 50% de nuestras emisiones (y sí, créanme que queremos).

Tiempos desesperados, requieren medidas desesperadas. Riesgos de transición acelerada requieren ángulos de ataque acelerados.La transición acelerada en energía ya está pasando. No es inevitable, es tarea diaria seguirla acelerando, pero me animo a pensar que hay un verosímil donde funciona. Y no es un logro menor: un sistema energético renovable afectaría mucho y para bien a los otros grandes sistemas que necesitamos rediseñar, particularmente la movilidad (no quise entrar ahí, pero la curva S de autos eléctricos ya se está acelerando, aunque  soy de quienes piensan que la solución tiene que venir por otro lado ya que el auto tiene otros problemas además del motor, principalmente en su interacción con las ciudades).

Sé que el próximo gran desafío es absolutamente distinto. Me refiero al rediseño, implementación y escalado de un sistema alimentario muy diferente al que conocemos. Uno que atienda no solamente a las emisiones de dióxido de carbono sino a la enorme presión que ejercemos en múltiples de los límites fundamentales del sistema Tierra, a partir de tanto uso de tierras, tanto uso de agua, tanto desplazamiento de biodiversidad y abuso de fertilizantes nitrogenados y fosforados.

También tengo claro que repensar nuestro sistema alimentario va a tener consecuencias gigantes.  Lo vengo aprendiendo hace muchos años de Eze Arrieta, que es especialista en la relación entre los sistemas productivos alimentarios, las dietas y la salud humanas. Pero terminé de entender el impacto que tiene lo que comemos en la historia de nuestra especie (y viceversa: el impacto que tiene la historia de nuestra especie en lo que comemos) gracias a que fui parte del equipo que desarrolló y editó La invención de la comida, su libro nuevo, que pueden conocer acá y que aborda preguntas como: ¿Cómo cambió nuestro mundo cuando domesticamos el fuego? ¿Y cuando inventamos el pan? ¿Es viable un enfoque 100% agroecológico para producir suficiente comida para todo el planeta? ¿Puede un ultraprocesado ser saludable para las personas y el planeta? ¿Quiero comer como comían mis antepasados de hace 10.000 años?

Tim Urban (creador de Wait Buy Why) tiene una viñeta sencilla que me encanta:

Estamos ahí, sí. Pero yo le agregaría un par más de exponenciales. Un manojo de curvas apiladas, interconectadas, que empujan en direcciones futuras divergentes.

En algunas, chocamos. En otras, creamos mundos tan distintos de este que todavía no los podemos imaginar del todo.

Así que el presente me encuentra con claridad e incertidumbre: nunca me fue más claro que vivimos en un momento quiebre de la historia de nuestra especie, nunca me fue más incierto qué significa eso exactamente. Quién hubiese dicho que el futuro se iba a disputar en una carrera de exponenciales.

Nos hablamos el mes que viene, lo que sea que un mes signifique a esta velocidad.

Abrazo, 

Pablo