Magnus jamás imaginó que, 160 años después, iba a explicar cómo la segunda venida de Dios (la tercera, según el Cristianismo) salvaría a la Argentina en un partido que jaqueó a todos los prodes.
En palabras del físico: ’Lo que pasó con el pibe este Messi es simple: cuando una pelota avanza girando sobre su eje se genera alrededor de ella una asimetría en la forma en la que el aire fluye. Esta asimetría resulta en una fuerza perpendicular a la dirección de avance, en el sentido hacia el cual gira la pelota’.
El resto, lo conocemos. La pelota se va cerrando, la defensa (los 10 hombres) y el arquero ven pasar delante de sus ojos toda la magia de la física y el mundo cae rendido ante la destreza de los irrepetibles.
Porque lo increíblemente hermoso también tiene explicación. Feliz cumple, Lío. No pares de hacer que tratemos de entenderte.