No deje de ver “El Asesino Misterioso”.
Si usted ya la vio, no cuente el final.
Si usted aún no la vio, no adivinará hasta el último minuto… que el asesino es Jack el forastero.
Les Luthiers
[SPOILER ALERT] Esta nota está llena de spoilers [/SPOILER ALERT]
Durante el desarrollo de la sexta temporada de Game of Thrones, el mundo se apiadó, se burló y se indignó en partes iguales ante el viral mensaje de un fanático de la serie, quien luego de abandonar a su novia, se convirtió periódicamente en blanco de spoilers de la serie de parte de ella. Durante la premiere del primer episodio de la temporada, la señorita en cuestión lo desbloqueó de WhatsApp y le mandó varios mensajes con detalles importantes del capítulo, como que resucitó Jon Snow y que Daenerys anduvo por ahí quemando templos y eso. Posteriormente volvió a bloquearlo. La operación se repitió semana tras semana, incluso desde teléfonos de amigos. Rencorosa pero ordenada.
Este muchacho no fue el único spoileado, ya que el quinto episodio de la temporada se filtró un día antes de ser emitido mundialmente, generando una oleada de spoilers en las redes sociales y la consecuente y acalorada discusión al respecto. Acá internet se dividió en varios bandos: algunos proponían agarrar a los spoileadores y tirarlos bajo un subte cual Frank Underwood a Zoe Barnes. Otros decían que no era para tanto y discutían la importancia (o no) de la sorpresa cuando la serie, película o libro en cuestión cuenta con un buen argumento. ¿Qué importa que te hayan contado que La Aldea se desarrolla en el presente, si cada vez que aparece uno de los bichos te pegás flor de julepe?
Lo cierto es que la mayoría de las personas haría toda clase de cosas para evitar spoilers (incluso matar a Dumbledore, como hizo Snape), y cualquiera que (consciente o inconscientemente) ponga a disposición información sobre nuestra querida serie, corre el riesgo de terminar humillado en público al igual que Cersei Lannister caminando en bolas frente a todos (aunque, admitámoslo, también unos cuantos se van a poner del lado del spoileador, porque en el fondo somos trolls).
No menos importantes son los esfuerzos de los productores de contenidos a la hora de resguardar giros argumentales. No es raro que se graben finales alternativos de películas o series con el objetivo de preservar el verdadero final oculto. Tanto trabajo para que no nos enteremos antes de tiempo de que en Lost mueren todos, un final que no importa si te lo spoilean o no, porque en cualquier caso es malísimo.
En el colmo de la exageración, un bloguero fue enjuiciado por haber spoileado partes de la trama de dos series, pero los productores decidieron levantar los cargos al ver que los spoilers… ¡aumentaban el rating!
Y es que contrariamente a esta creencia popular, la ciencia ha demostrado que, Spoiler Alert, en algunos casos los spoilers, lejos de realmente arruinar las historias, las mejoran. Casi tan sorpresivo como cuando te das cuenta de que Kevin Spacey es Keyser Söze.
En el año 2011, y por motivos que van más allá del entendimiento de quien escribe, dos investigadores decidieron poner a prueba la hipótesis de que conocer el final de una historia antes de leerla arruinaba la experiencia.
En el experimento les entregaban a varias personas distintos cuentos de diferentes géneros y autores. Algunos de ellos tenían un párrafo previo al comienzo del cuento en el que se spoileaba el final, otros no tenían spoiler, y en un tercer grupo el spoiler estaba incluido al comienzo de la historia de forma un poco más discreta que en el primer caso. Luego de leerlas, cada uno debía asignar un puntaje al cuento leído. En promedio, ¡todas las historias recibieron un mejor puntaje cuando contenían el spoiler! (obvio que sabiendo esto revelé con anticipación el resultado del experimento para que la nota les resultara más interesante). Además, en un paper posterior se comprobó que el efecto del spoiler mejoraba la experiencia del lector a lo largo de toda la lectura, y no sólo al llegar al final.
Se plantearon varias hipótesis para explicar este (irónicamente) sorprendente resultado. Los investigadores responsables del trabajo argumentaron que, al conocer de antemano el final de una historia, se reduce la ansiedad del lector, se le permite procesarla más fácilmente, y de alguna forma concentrarse un poco más en cómo se cuenta la historia. Al saber qué es lo que va a pasar al final, el lector (o espectador) presta más atención a los pequeños trucos que deberían ir llevándolo al ‘clímax’ de ese final. En concordancia con esto, encontraron que el efecto ‘mejorador’ de los spoilers no era marcado en el caso de historias poco elaboradas y muy sencillas de leer.
Otro grupo realizó un estudio posterior con resultados aparentemente contradictorios con respecto al antes mencionado: muchos lectores spoileados se sentían menos movilizados y hasta cierto punto incapaces de sumergirse en la historia; este efecto era notorio en los individuos que buscaban el suspenso y la emoción de la sorpresa. Hay que tener en cuenta que ambas investigaciones se hicieron en base a voluntarios leyendo historias cortas en las que el lector no tiene un gran grado de compenetración y ‘compromiso’ con la historia y los personajes, como sí sucede con las series y con algunas películas. En estos casos es más probable que los spoilers te den ganas de colgarte en tu oficina como Lane Pryce. Por otro lado, ninguno de los dos experimentos tiene en cuenta el aspecto social de los spoilers, que cobra relevancia especialmente entre los cibernautas. Consideremos que los estrenos se están produciendo de forma simultánea en todo el mundo, por lo cual podemos entrar a una red social y encontrar usuarios que relatan los episodios que están viendo en tiempo real. Incluso nosotros mismos, al terminar de ver un episodio, sólo podemos pensar en entrar a Twitter y comentarlo (lo cual es especialmente complicado cuando sos Lena Dunham y compartís con tus 2,5 millones de followers de instagram la escena de reconciliación con tu ex ficcional, Charlie, mientras emiten el episodio en cuestión).
Todo este fenómeno generó la publicación de muchos artículos acerca de la ‘netiquette’(?) a la hora de spoilear, con expertos discutiendo cuáles giros argumentales deben y no deben ser revelados, por quién y cuánto tiempo después de la emisión original del capítulo o película (a esta altura no sería tan grave decir que Bruce Willis estaba muerto en Sexto Sentido, o que Darth Vader, Luke y Leia deberían juntarse a hacer terapia familiar para charlar un par de asuntillos).
Más allá de las investigaciones, cada uno sabrá qué aspectos de la historia disfruta.
Lo cierto es que cuando tu ex te spoilea una serie te ofendés. Pero, en el fondo, un poquito te gusta.