(Campo arrasado. Los sonetos de Álvaro Mondragón, Buenos Aires, Vox, 1997.)
Álvaro Mondragón nació en Buenos Aires en 1940. En 1965 publicó su primer poemario, Fogonazo, mientras completaba su entrenamiento en los Escuadrones Rojos, el ala armada del Partido Proletario Revolucionario Argentino. A partir de la toma de poder en 1967, ocupó diversos puestos en la administración nacional hasta que se alejó del partido en 1971, disconforme con algunas políticas de Estado. Ese mismo año, recomendado por algunos funcionarios de gobierno con los que aún mantenía relación, pasó a dirigir junto con Ariel Mena la colección de literatura escolar de EUDEBA y publicó El marlo, segundo y combativo libro, que le deparó una sorpresiva ola de reconocimientos. Durante siete años se entregó a la labor editorial. Su producción poética de esos años fue conocida solo en círculos reducidos y raramente salió a la luz, pero le alcanzó para forjarse una identidad de poeta de culto. En 1978, distanciado de Mena, dejó su puesto de editor y se dedicó a terminar su siguiente libro, varios fragmentos del cual recorrían desde hacía un par de años los escritorios de diferentes personalidades del campo literario argentino y chileno. En 1979, la publicación de Ni el gusto del cinismo lo mostró como uno de los mayores referentes de su generación. A comienzos de 1980 fue encarcelado acusado de conspirar contra la Patria. Según algunos rumores exagerados, la publicación de su último poemario le había deparado esa pena. Sin embargo, la consideración más aceptada (y que se apoya en documentos y diarios personales del autor) es que Mondragón participaba efectivamente en un grupo que planeaba infiltrarse en el gobierno. El enigma radica en que el poeta fue el único apresado por esa conspiración. Pocos meses después de ser liberado, tras casi dos años de prisión, publicó La vida es trenes que pasan, que exhibe en algunos fragmentos una velada pero manifiesta crítica al comunismo reinante. Esa mirada crítica se mantendría hasta entrados los años 90, período al que también pertenecen Sé, publicado en 1984 a su vuelta de un viaje por Europa del este en el que protagonizó más de una discusión en torno de la gesta de Malvinas, Espacios como el suyo, de 1985, y La tecla que lo enciende, de 1987. En 1989, un año después de contraer matrimonio con Úrsula Liefeld, publicó el que es conocido como su poemario lírico, Densa. En 1990, nuevamente acompañado por Ariel Mena, fundó Ladran Sancho Ediciones. El último período de su obra se inaugura y se clausura en 1992 con la publicación de Los últimos cincuenta años, y está marcado por cierta vuelta al ideario comunista y por una ambigua nostalgia dirigida, en algunas ocasiones, a lo que fue la Argentina en los primeros años del gobierno del PPRA y, en otras, a lo que podría haber sido.
Decidió abandonar este mundo en Buenos Aires en 1993, dejando una nutrida cantidad de poemas que aún esperan publicación.