En su última visita, Manuel me trajo un pilón de cartas. Mientras me lo entregaba, me contó que el gobierno está cerca de obtener una patente internacional sobre el Sueño Lúcido de Jim y el Lerdo. O algo parecido. Lo están utilizando para negociar con China y Rusia. O China y Rusia están negociando algo a través del Sueño Lúcido y Argentina obtiene así una posición central. No presté toda la atención que habría debido, especialmente tomando en cuenta que el fin de esas negociaciones podría beneficiarme. Todo el tiempo que él hablaba yo pensaba en el paquete que había dejado en la mesa, vibraba exasperada por saber si contenía un mensaje de los ligiosos. La última parte de la conversación fue ruido blanco, no sé si dije algo, no imagino qué puedo haber dicho.
Apenas logré que Manuel se fuera, revisé las cartas. Había una que mencionaba un sueño lúdico. No la leí, fui directo a la hornalla. Mientras las letras tomaban color volví a sentirme decepcionada por un momento. Después me dejé sorprender. Decía que pueden sacarme de acá. Así, directo.
PODEMOS SACARLA DE AHÍ
RAS EL HANOUT X 4
Me pregunto si saben dónde estoy. Supongo que sí, sería gracioso que montaran un operativo para entrar en un hospital a cientos de kilómetros de distancia. ¿Me necesitan o quieren ayudarme? Podría ser una trampa, pero también algo distinto. No puedo dejar de pensar en eso. Yo siempre había imaginado a los ligiosos como un grupo que organizaba reuniones en que soñadores lúcidos hablaban de sus experiencias. Algo parecido a un club social, a una secta, en el peor de los casos. Ahora me parece claro que hacen algo más, pero no sé si ese algo excede el plan de buscarme. Me preocupa un poco la posibilidad de que no haya más objetivos. Si solo quieren encontrarme, ¿qué haremos cuando nos miremos a la cara?
También me pregunto si realmente quiero que me rescaten, si hay algo de lo que rescatarme. ¿Tiene sentido irme ahora? ¿Cuánto tiempo más podrán “recomendarme” permanecer en este lugar? ¿Quiero salir, me falta algo, adónde iría? Supongo que sería tremendo para mis padres y mis amigos que yo huyera sin avisar, sin informarles al menos por carta que estoy bien y lo hago por propia voluntad, pero hay momentos en que todos corremos el riesgo de lastimar a la gente que nos quiere. Me consuela saber que a veces el resultado es opuesto a una herida. Los Nos vemos mañana grafiteaban con furia, con humor, con desconcierto. No sabían quiénes eran y no sé si deseaban saberlo. Tal vez querían romper con su origen, con lo que eran para los demás, pero no dudo de que hoy cuando sus seres queridos ven la obra completa sienten alegría. Hay gente que hace que el mundo funcione mejor y hay gente que lo hace más interesante.
En el pilón también había una carta de Darío. Parece que logró convencer a una editorial chiquita de publicar la antología de Mondragón con la que sueña hace años. Dice que siempre había pensado en escribir una introducción pero terminó poniendo apenas unas líneas biográficas. Yo sospecho que su texto original es larguísimo y en la editorial lo vetaron, pero no creo que eso sea malo. Estoy segura de que Darío querría publicar un libro entero de ensayos sobre Mondragón y quizás esto lo ayude a hacerlo en el futuro. Probablemente separaría los temas, habría un capítulo dedicado solo a su muerte. Tal vez ya lo tenga escrito. No creo que incluya una descripción detallada, no hace falta, todo el mundo vio alguna vez en las grabaciones lo que sucedió. Si yo fuera Darío, hablaría del poeta que se entregó a los figuritas pronunciando palabras sin siquiera intentar quitárselos de encima. Explicaría que los figuritas no distinguen vivo de muerto, sino orgánico de inorgánico, y que elaboran su hogar con lo que sale de sus cuerpos. Eso es Mondragón ahora. Pero es esperable que Darío sea más sutil, le gusta pensar que actúa como un caballero. Su carta termina con un soneto de Mondragón.
Escribís que la amás y estás seguro
de que Amor nunca acepta tu alabanza.
El amor a tu amor jamás te alcanza,
es oscuro tu don, tu sol oscuro.
Tu pecho está clavado (peor si es duro)
con tu propia palabra de esperanza:
si el amor no fue eterno, es una lanza
el verso que jadeaba su futuro.
Y el tesón de ese clavo enmohecido
que transforma la rima en un chillido
profetiza en tu página la muerte:
es negarte negar que tu alma fuerte
siempre elige mirar lo que ya ha sido
y disfruta la pena de su suerte.
Entiendo que el chiste consiste en hacer que parezca que el poema habla de la introducción que no le dejaron publicar, pero está diciendo otra cosa. Yo no soy así, no quiero ser así. No me atrevería a estar triste durante tantos meses de nuevo. Sé que voy a responder el mensaje de los ligiosos, solo tengo que mencionar el ras el hanout cuatro veces. ¿Por qué cuatro? Darío podría inventar una explicación, pero en realidad no importa. No sé cómo voy a incluir el condimento, pero sé sobre qué me gustaría escribir.
Antes de irme, querría recordar a quienes leyeran esa carta que no sabíamos que íbamos a vivir y no sabemos cuándo vamos a morir, que nuestra ignorancia es nuestra coraza. Los figuritas no conocen su nombre y son potentes como todos nosotros. Inventar o crearse una vida puede no ser difícil, pero siempre hay algo más, otra parte. Si alguien lo duda, no hace falta más que pedirle que muestre su propio recorrido. Me gustaría escribir que cada uno de nosotros puede vincularse con otros, pero es imposible participar de su ser. Todos fuimos un bulto formándose dentro de una bolsa de energía, pero una vez afuera no hay manera de entrar de nuevo. Nunca jamás. En cambio, se puede entrar en un grupo, ser una vibración en un cúmulo de bolsas. A veces solo hay que sumarse, a veces hay que entender lo que se necesita de nosotros. Yo no creo ser una de esas personas que dirigen el destino de otras. Tomé decisiones, cuando tomé decisiones, segura de que se gana y se pierde con la misma energía, de que mis pensamientos no son los de todos pero podrían serlo. No siempre se sabe cómo empujar hacia donde nos parece valioso, pero se tarda un pestañeo en entender que muchas veces no se puede persuadir a nadie con lógica o con sermones. De todas maneras, nada brota de nada. La expectativa es un pulso eléctrico. Puede llegar e irse, pero vive en el mundo.