⎯Hija.
⎯…
⎯Pía, despertate.
⎯¿Qué pasa?
⎯¿Cómo qué pasa? Se te hizo tarde. Te quedaste dormida otra vez.
⎯¿Qué hora es?
⎯Las cuatro de la mañana.
⎯Ma.
⎯Se te va a ir el tren.
⎯Ma, ¿qué pasó con la tía Loba?
⎯…
⎯Le pasó algo, ¿no?
⎯Le dio un infarto.
⎯Pero le pasó algo, ¿no? Algo más. Ella murió en la casa. Papá me dijo. ¿Dónde está papá? ¿Por qué no está?
⎯Esas son dos preguntas distintas.
⎯A veces siento que no me quiere ver.
⎯No digas eso.
⎯Ma, me duele la cabeza.
⎯¿Qué te pasó que tenés rojo acá?
⎯Ma.
⎯¿Qué?
⎯¿Sabés qué siento?
⎯No. Casi nunca.
⎯Siento que el lugar es memoria. El lugar es memoria y se acuerda. ¿Entendés?
⎯No.
⎯La casa, la calle, se acuerdan de la tía. Y la tía vuelve siempre, ellos la traen.
⎯Vos nunca la conociste.
⎯¿Y eso qué tiene que ver?
⎯Tu padre te estuvo llenando la cabeza de cosas, seguramente.
⎯Hace mucho no lo veo. No me quiere ver.
⎯No digas eso, Pía.
⎯¿Vos me querés ver?
⎯Claro que sí.
⎯¿Por qué nunca prendés la luz cuando me venís a despertar?
⎯Para que no te duelan los ojos.
⎯Me duelen los ojos. Todo el tiempo fuerzo la vista. Todo el tiempo estoy forzando la vista. No veo nada. Prendé la luz, ma, no veo nada.
⎯¿Y qué querés ver?
⎯…
⎯¿Qué querés ver, qué vamos a ver si la prendemos?