Si bien no podemos ir al futuro y responder a esta pregunta, sí podemos tratar de entender qué pasó en otros países cuando tomaron esta decisión y, a partir de esos pasados, tratar de imaginarnos un posible futuro. 

El problema es que para imaginar el futuro primero tenemos que entender nuestras propias intuiciones sobre el pasado. Así que antes de predecir lo que puede ser, veamos qué tanto somos capaces de predecir lo que ya fue.

En España el aborto está despenalizado desde 1985 para ciertos casos: violación o riesgo para la salud física y psíquica de la persona gestante. Pero, en 2010, se decidió legalizar la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14. A partir de este momento, ¿Cómo creés que se modificó la tasa de abortos cada 1000 mujeres? ¿Aumentó? ¿Disminuyó?

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En 1965, Rumania restringió el acceso al aborto. En 1986, se endurecieron las medidas aún más. Después, en 1989, se legalizó. A partir de esta fecha, ¿qué creés que pasó con las muertes maternas? 

Estos lugares quizás son algo lejanos, tal vez sea mejor ver qué pasó en América Latina. En México, por ejemplo, la interrupción voluntaria del embarazo está prohibida, excepto en Ciudad de México. Ahí, desde 2007, está permitida hasta las 12 semanas de gestación. Al legalizarse, ¿qué pasó con el número de abortos por año? 

*Es difícil encontrar datos de la cantidad de abortos previos a la legalización, por lo que los número antes de ese momento son estimaciones.

Y ¿qué pasó con la mortalidad materna en Ciudad de México?

En Uruguay, la interrupción voluntaria del embarazo es legal desde 2012 y el país ocupa uno de los lugares con menor tasa de mortalidad materna de América Latina.

Estos son ejemplos concretos de países que legalizaron la interrupción voluntaria del embarazo. Pero, ¿qué pasa si tratamos de entender cómo cambia la tasa de muertes atribuidas cada 100.000 nacidos vivos en países distintos con condiciones distintas? Este patrón se repite a nivel global: la legalización genera una tendencia a reducir la mortalidad por abortos inseguros.

En el gráfico de abajo podemos ver cómo a medida que se van sumando (+) condiciones de acceso a interrupciones del embarazo seguras, la cantidad de muertes atribuidas cada 100.000 nacidos vivos en distintos países va decreciendo.

El asunto es un poco más difícil cuando miramos la cantidad total de abortos que se practican. Cuando una práctica ilegal se legaliza, los organismos oficiales empiezan a tener más control sobre la cantidad de casos que ocurren y pueden medirlos de manera mucho más confiable. Cuando permanecen ilegales, los datos suelen partir de estimaciones que no siempre son exactas. Aún así, esas estimaciones son lo mejor que tenemos para poder darnos una idea de la magnitud del problema.

Por eso, al momento de responder a la pregunta “¿qué pasaría si se legalizara el aborto?” lo mejor que podemos hacer es ir a mirar otros casos. En general, eso es lo que hacemos cuando queremos predecir posiciones de estrellas o migraciones de peces, y es también lo que deberíamos hacer cuando diseñamos políticas públicas: imaginamos los futuros posibles que se desprenden de lo que aprendimos sobre cosas parecidas. En el caso del aborto la situación no es muy distinta. Tan sólo más urgente.